Si te vas

Porque irte no es tan fácil, en otra situación cuando quieres abres una puerta, sales por ella y definitivamente te vas. Esto no es igual…de aquí no puedes irte tan fácilmente, porque no es una puerta lo que atraviesas, son venas y arterias con vida que se agitan por el borboteo de la sangre al pasar por ellas, no te puedes ir, porque funcionan gracias a ti. No es sencillo tener una responsabilidad así, por eso no te puedes ir. Porque no es un pomo lo que giras para poder salir de aquí, es un giro imposible el que da mi corazón porque tú quieras salir de él. Porque yo no quiero, porque no es tan sencillo, porque no te puedes ir de una vida, no te puedes ir de la mía, porque mi vida no tiene puertas, porque mi vida no se puede despedir de ti porque no sabe decir adiós, porque simplemente es imposible huir de uno mismo, y por eso no puedes irte de mi vida, porque mi vida eres tú.

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Volver

Y… ¿volver?… ¿volver a donde? ¿a caer desde abajo? ¿a las noches sin dormir? ¿a los mares de dudas donde siempre me ahogo? ¿a no existir porque existo por y para otra persona? ¿a recordar con melancolía escenas de la película de mi vida? ¿a saber que no tengo vida por que se la di a otra persona? ¿a la loca locura que hay en los sin sentidos? ¿a mirarte desde el pedestal donde un día te encontré? ¿al entendimiento individual? ¿a vivir en un circo y dormir en la cuerda floja? ¿a sentir que hasta el firme cemento se vuelve arenas movedizas? ¿a un sin vivir por una vida que no es mía? ¿al “si” es un “no” y él “no” es un “si” pero a la misma vez “si” significa “si” y “no” significa “no”?…No… no volveré, pero… ¿Puedo volver a verte sonreír? Es más… quiero volver a verte sonreír, quiero volver a la realidad con apretoncitos de tu mano cuando paseamos, quiero que en mi baño haya un cepillo de dientes más , quiero volver a tener la cortina mágica de tu pelo tapando mi cara, quiero volver a tener los buenos días que tus labios me daban cada mañana en el tranco de la puerta, quiero volver a coger un autobús que me deje cerca de donde cada día cierras los ojos para viajar en sueños, quiero correr desnudo por tu casa, quiero volver a que no me dejes llevarte el bolso cuando intento ser caballeroso, quiero volver a cerrar los ojos cuando estoy solo y recordar tu aroma como si nunca te hubieses ido, quiero volver a oírte decir cuánto de lunática eres porque adoras la luna y lo feliz que eres en la nube del cielo que tanto te gusta, quiero volver a…

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La realidad es fictícia

A todos nos gustaría que nuestra realidad fuese un poco más ficticia. Yo siempre esperé que tras aquella marcha camuflada de adiós, al llamarla, ella parase su andadura y que al oír el más dulce “te quiero” de mis labios se girase y corriese hacia mi para comenzar un beso que sería la señal de que esta vez ya nunca volvería a querer marcharse de mi vida. También creí que los atardeceres en la playa se llevaban el sol tras el horizonte y traían momentos inolvidables, o que las noches perfectas sentado frente a un rojizo fuego eran el momento ideal para tumbarse a mirar la bóveda celeste y que al pasar la mas especial de las estrellas fugaces, esta te concediese el deseo que mas hubieses anhelado, simplemente por el hecho de ser lo que más deseabas en tu vida. Diré que mirar la ciudad desde el rascacielos más alto, me convertía automáticamente en la única persona especial del mundo, y que las travesías en aquellos veleros de lujo con sus brindis en copas de champan te daban todo lo que necesitabas de esta vida. No me puedo olvidar tampoco de que el amor siempre tenía su solución en dos miradas apasionadas, que ardían en un silencio de varios segundos, para después dar paso a un beso eterno que hacía que fuese lo que fuese lo que hubiese sucedido antes… ahora diese igual y que lo siguiente a ello fuese maravilloso. Sin embargo, la realidad y la ficción no tienen nada en común, ni siquiera sus letras salvo la “i” que comparten con la palabra imposible.